Telepizza empieza a cocinar lo
que puede ser su regreso a la bolsa española, de la que
se marchó a finales de 2006. Permira y la familia Ballvé,
dueños de la empresa de comida rápida, trabajan ya con
Morgan Stanley y Goldman Sachs para analizar el momento
adecuado de salir a cotizar, lo cual podría producirse en
la segunda mitad de 2010.
Así lo aseguran fuentes financieras
próximas a Telepizza Foodco Pastries, la
propietaria de Telepizza, a la que excluyeron de los mercados
mediante una Oferta Pública de Adquisición (OPA) a 3,1
euros por acción. No obstante, matizan que la firma de
capital riesgo y la familia Ballvé todavía no han dado un mandato
formal a estos dos bancos de inversión para asignarles la
colocación de acciones.
“Son los dos bancos más
cercanos a la compañía y los que, junto con un tercero, más están
trabajando esta posibilidad”, explican fuentes
conocedoras del proceso. Tanto desde Telepizza como desde Permira
y Carbal (sociedad de la familia Ballvé) han declinado hacer
ningún comentario sobre esta información. La misma posición han
adoptado tanto Morgan Stanley como Goldman Sachs.
Sin embargo, fuentes financieras dan
por hecho que estas dos entidades serán las que coordinarán la
salida a bolsa de la primera empresa española del sector,
transacción que podría llevarse a cabo a la vuelta del verano. “La
empresa no está todavía preparada para hacer
la OPV,
pero lo estaré en el último trimestre del año. Si los mercados lo
permiten, la operación se llevará a cabo”, aseguran fuentes
próximas ala operación.
Que los dueños de Telepizza quieren
utilizar la bolsa para desinvertir no es un secreto. De hecho, el
nombre de la cadena de alimentación está en la mesa de los
principales bancos de inversión desde que en septiembre del pasado
año cambió al consejero delegado –nombró a Pablo Juantegui-
para relanzar la expansión internacional y preparar el salto al
parqué.
Los elegidos, a falta del mandato
oficial, son Morgan Stanley y Goldman Sachs. Ninguno de los dos
participó en
la OPA
lanzada en 2006 por Permira y Carbal, que contaron en su momento
con la financiación y el asesoramiento de ING y Royal Bank
of Scotland. Ninguna de estas dos entidades tienen
experiencia como coordinadores de OPV.
A tenor de las cifras, la compañía se
ha defendido bien de la grave crisis del consumo. En 2009
cerró con un descenso de la facturación del 3% respecto a
los 400 millones de 2008, unos ingresos similares a los del
ejercicio anterior. Por su parte, el beneficio antes de
impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones (Ebitda) se
redujo desde los 79 hasta los 76 millones de euros, según
aseguran fuentes próximas al grupo. Además, la empresa no tiene
problemas de endeudamiento puesto que el préstamo principal no
vence hasta 2015.
Sus accionistas actuales consideran que
Telepizza tiene una posición sólida en el mercado nacional y que
el gran reto es dar el salto al exterior. Su objetivo inicial es
salir a bolsa para desinvertir parcialmente y, además, obtener
dinero fresco para financiar el crecimiento. Si la situación de
los mercados no lo permitieran, tampoco descartan dar
entrada a un nuevo socio en el capital.