Los datos de inflación de Estados Unidos arrojaron cifras por debajo de lo esperado, y más debajo de la medición de septiembre. La inflación subyacente, que es la que puede “dominar” la Fed a través de su política monetaria, quedó en el 6.3%, frente a la expectativa del 6.5%.
El efecto del informe fue inmediato, y se mantuvo durante toda la sesión. El dólar se desplomó en todos los frentes, acentuando el alza del euro, que superó 1.0200 sobre el final del día, la libra esterlina, que quebró 1.1700, y el yen, muy volátil, que rozó 140.30 en su mejor valor de la sesión.
La bolsa de Nueva York rebosó de euforia. El S&P 500, el más completo de los índices bursátiles, creció un 5%, en su mejor marca desde el 20 de abril de 2020, cuando la Fed recién había decidido su legendario “estímulo ilimitado” para compensar los efectos de la pandemia, que recién comenzaba.
En este punto, conviene separar el análisis técnico de mediano plazo de lo que puede suceder en los próximos tiempos. En verdad, tanto el euro, como la libra esterlina y el oro (no el yen) quebraron sendas líneas de tendencia provenientes de febrero y marzo de este año, cuando el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia desplomó a los mercados en general.
El quiebre más claro lo estableció el oro, con un rally que lo llevó por encima de 1750 dólares, lejos de los 1788 dólares que es su más firme resistencia para los próximos días, pero con una posición sensiblemente más sólida que apenas una semana atrás.
Pero no hay que pensar, ni mucho menos, que se trata de un cambio de tendencia definitivo, y que el dólar se debilitará a partir de ahora. Sería ingenuo pensar que la Fed va a cambiar su política monetaria por este informe, por varios motivos. Entre otros, porque un día antes de su decisión de diciembre se conocerá la inflación de noviembre, con resultados por ahora inciertos.
Por otro lado, aunque la inflación siga bajando, y aunque eventualmente la Fed aumente la tasa de interés en un 0.5% en lugar del 0.75% inicialmente previsto, lo concreto es que los aumentos seguirán hasta “que el trabajo esté hecho”, según repiten en coro los funcionarios del FOMC.
Claro está, será difícil ver a la libra en 1.0305, o al euro en 0.9530 (o tal vez no tanto, pensándolo bien), que son los mínimos que tocaron ambas monedas en los últimos meses. El yen en 150.00 tampoco es utópico.
Estas olas de euforia, pero sobre todo la amplitud de los precios de los activos principales, a veces hacen ver lo que en realidad no es. Finalmente, el euro estuvo debajo de 0.9800 esta misma semana, y la libra apuntó a 1.1200 en el mismo período. Tampoco hay que olvidar que el yen sigue por encima de 140.00. Se trata de valores impensables, insólitos, y solo posibles ante los hechos de público conocimiento (pandemia, pos pandemia, guerra, inflación en máximos de varias décadas, rendimientos de los bonos en máximos de 15 años).
Con el paso de los días se verá si el dólar sigue cayendo, o recompone su imagen. Creemos en lo segundo.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College
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