Las acciones de Nike han rebotado más de un 17% desde los mínimos de abril tras la relajación de los aranceles recíprocos y el anuncio de un acuerdo entre China y Estados Unidos. Al igual que otras compañías tecnológicas como Apple, Nike era una de las más afectadas por la guerra comercial entre ambas potencias. Pero, ¿tienen sentido estas subidas?
Estados Unidos es el principal mercado para Nike —integrado dentro del área de Norteamérica en sus estados financieros y responsable de más del 41% de sus ingresos—, pero la empresa no fabrica sus productos allí. Desde hace años, Nike ha externalizado su producción a otros países. Tanto es así, que en 2024, el 50% de sus zapatillas se fabricaron en Vietnam, el 27% en Indonesia y el 18% en China y teniendo en cuenta que este es su principal negocio, el impacto en las cuentas de Nike de los aranceles se esperaba que fueran muy elevados.
De haberse mantenido los aranceles, Nike se habría visto obligada a reorganizar su cadena de producción justo cuando ya enfrenta problemas de exceso de inventario que había provocado las caídas previas en sus acciones. Uno de los motivos detrás de este exceso es que la empresa debía asumir los pedidos bajo condiciones contractuales poco ventajosas, lo que complicaba aún más una posible reubicación de la producción fuera de China. Es decir, en el corto plazo, Nike estaba totalmente acorralada.
Sin embargo, el nuevo acuerdo proporciona un respiro temporal, al menos por 90 días, aliviando la presión sobre los costes de la cadena de suministro de Nike. A pesar de este avance, la compañía aún enfrenta desafíos importantes. Continúa liquidando inventario acumulado, y no se espera una normalización completa hasta mediados de 2026, suponiendo que la demanda siga recuperándose.
Para lograrlo, Nike necesita restablecer sus vínculos con grandes cadenas minoristas como JD y Foot Locker, además de impulsar la innovación y asegurar que sus nuevos lanzamientos de zapatillas tengan buena acogida en el mercado.
Siendo conservadores, podemos estimar un crecimiento de los ingresos de alrededor de un 7,5% anualizado, mientras que su EBIT crece sobre un 13% por la mejora de márgenes. Con esto, el descuento de flujos de caja nos daría un precio objetivo de unos 100 dólares por acción, o un potencial del 60%.
Nike por técnico
El precio de las acciones de Nike está en una tendencia alcista en el corto plazo y está cerrando los gaps que había estado dejando en los meses anteriores. Su media móvil de 14 sesiones ha roto con fuerza la de 28 sesiones, lo que es una clara señal alcista. Además, su RSI está lejos de la zona de sobrecompra, lo que nos hace pensar que la tendencia alcista seguirá teniendo recorrido.
El próximo gap que debe cerrar está alrededor de los 70 dólares, un 12% por encima de los niveles actuales. A más largo plazo, se encuentra con una resistencia alrededor de los 80 dólares por acción, lo que supondría un potencial de casi el 30% desde los precios actuales.
Análisis realizado por los analistas de XTB