Las acciones de ACS (ACS1.ES) crecen más de un 1% en la sesión del jueves tras el anuncio de la posible venta de UGL, su filial de transporte en Australia, por más de 500 millones: UGL, uno de los principales actores del sector en el país. La compañía liderada por Florentino Pérez y Juan Santamaría busca continuar con su estrategia de desinversión selectiva, con un movimiento con el que buscarían reducir la deuda y reforzar el balance del grupo.
ACS podría vender UGL, su filial australiana
En concreto, ACS, a través de su filial CIMIC, está analizando la venta total o parcial de UGL, valorada en unos 1.000 millones de dólares australianos (aproximadamente 570 millones de euros). Para ello, ha contratado a Macquarie Capital como asesor. La operación podría implicar la venta completa de la compañía o una participación mayoritaria.
Esta desinversión se enmarca en la estrategia de rotación de activos de ACS, que busca reducir deuda y liberar recursos para iniciativas de mayor crecimiento. UGL es un activo rentable y atractivo, lo que facilitaría su venta a fondos o grupos industriales. Los fondos obtenidos permitirían a ACS fortalecer su situación financiera y atender futuras necesidades de capital sin aumentar el apalancamiento.
¿Cómo afectaría la venta de UGL a ACS?
En el plano financiero, la entrada de 570 millones de euros por la venta de UGL permitiría recortar sustancialmente la deuda neta de ACS. Esta cifra equivaldría a casi el 80% de la deuda neta consolidada al cierre de 2024 (702 M€); es decir, su obtención dejaría a ACS prácticamente sin endeudamiento neto, retornando a una posición cercana a la caja neta. Esto reforzaría el balance, reduciendo gastos financieros futuros y otorgando mayor flexibilidad para abordar inversiones estratégicas o remunerar al accionista.
ACS podría destinar los fondos a impulsar proyectos en sus áreas prioritarias (construcción de infraestructuras de alta tecnología, energías renovables, concesiones) tal como contempla su plan inversor, sin tener que aumentar apalancamiento.
Desde una óptica estratégica, la transacción implicaría reducir la huella de ACS en el sector ferroviario australiano. Al vender ahora, ACS capitalizaría el valor de un negocio maduro y altamente valorado, evitando potenciales riesgos futuros. No obstante, ACS mantendría una presencia significativa en Australia, ya que Cimic continuaría operando sus divisiones principales de construcción (CPB Contractors) y minería/servicios (Thiess), que representan el grueso de la actividad en la región.
La salida de UGL podría incluso mejorar el perfil de riesgo consolidado de ACS. Así pues, la compañía reduciría deuda, obtendría recursos para crecer en sus áreas clave y limitaría su exposición a un segmento no central, todo ello sin abandonar su compromiso con el mercado australiano.
ACS avanza en su objetivo para reducir el apalancamiento
ACS está completando su expansión orgánica con una política activa de desinversiones en activos no estratégicos, orientada a reciclar capital y reducir deuda. Ejemplos clave incluyen la venta de su división de Servicios Industriales en 2021, por unos 5.000 millones de euros, y la transferencia en 2023 del 57% de la autopista SH-288 en Texas a Abertis, por 1.532 millones de dólares, una operación que generó una plusvalía de 180 millones.
La posible venta de la división de transporte de UGL sigue esta misma línea estratégica y se encuadra dentro del nuevo Plan Estratégico 2024–2026 de la compañía, en el que se contemplan fuertes inversiones en sectores como renovables, transmisión eléctrica e infraestructuras de movilidad sostenible. Estas inversiones se financiarán mediante rotación de activos no esenciales, permitiendo a ACS mantener su apalancamiento bajo y reducir riesgos en el balance sin comprometer su crecimiento.
¿Cómo han sido los últimos resultados del grupo?
La noticia de la posible venta de UGL llega poco después de la última presentación de resultados de ACS, referidos al primer trimestre de 2025, en la que se dio a conocer que la compañía había alcanzado un beneficio neto atribuible de 191 millones de euros, un 8% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, gracias, en buen medida, al buen comportamiento de su filial estadounidense, Turner. El EBITDA, por su parte, se situó en 699 millones de euros, un 51,7% más que en el primer trimestre de 2024, mientras que las ventas aumentaron un 35,4%, hasta los 11.790 millones de euros.
A pesar de los buenos resultados, las cifras referidas al beneficio neto de la compañía se encuentran, de momento, por debajo de las previsiones del grupo, que apuntó a un aumento de entre el 9% y el 17% en la presentación de sus datos de 2024. En este último ejercicio, ACS firmó un beneficio neto de 828 millones de euros, un 6,1% más que en 2023, gracias al buen desempeño de todas sus divisiones, especialmente Turner en Norteamérica.
Las ventas crecieron un 16,5%, hasta 41.633 millones, y el EBITDA aumentó un 28,7%, alcanzando los 2.456 millones, impulsado por la mejora de márgenes y la mayor aportación de Cimic tras consolidar más participación en Thiess.
La cartera de pedidos marcó un récord de 88.209 millones de euros (+19,9%), reflejo de la fortaleza comercial del grupo. Sin embargo, la deuda neta pasó de una posición de caja neta de 400 millones a una deuda de 702 millones, debido a inversiones estratégicas como la toma de control adicional de Thiess. Pese a este aumento, el apalancamiento se mantuvo bajo (0,3 veces el EBITDA).
ACS sigue conservando grado de inversión, priorizando un crecimiento equilibrado y el control del endeudamiento mediante generación de caja y desinversiones selectivas. En la jornada de hoy, sus títulos se sitúan en la parte alcista del Ibex 35, con una subida del 1,13%. En el acumulado del año, no obstante, las acciones de ACS firman un notorio avance de más del 19%.
Análisis realizado por los analistas de XTB
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