Los datos macroeconómicos e incluso la reunión de la Reserva Federal dejaron de ser noticia, y los pocos optimistas que quedaban con respecto al dólar debieron sentirse aliviados al ver que la divisa estadounidense parece estar manteniendo su condición de divisa refugio en tiempos de grave inestabilidad geopolítica.
En circunstancias normales, esta semana la atención se centraría en los PMI de actividad empresarial que se publican hoy lunes. Sin embargo, los datos económicos y las noticias sobre política tendrán que competir con los titulares procedentes de Oriente Medio, en particular cualquier posible represalia iraní contra los intereses estadounidenses. La reacción de los precios del petróleo será clave. Hasta ahora, los futuros del petróleo han subido significativamente, pero no se han disparado y se encuentran en niveles asumibles para las economías del mundo.
EUR
La semana pasada no hubo muchas noticias económicas o políticas que influyeran en los mercados de la zona euro. Los resultados de la economía de la eurozona siguen viéndose empañados por el aumento de las exportaciones durante el primer trimestre a Estados Unidos, antes de la imposición de los aranceles de Trump. En consecuencia, el euro cotizó casi exclusivamente en respuesta a acontecimientos externos, en particular la guerra entre Israel e Irán, y se vio afectado en general por la subida de los precios del petróleo y el hecho de que Europa es un gran importador neto de energía. Estados Unidos, sin embargo, es un exportador neto de petróleo.
Esta semana parece que seguirá la misma tónica, con la moneda única abriendo la semana a la baja mientras los precios del petróleo siguen subiendo. La publicación hoy de los PMI de junio es el evento más importante de la semana en la zona euro y estos han sorprendido a la baja manteniéndose, en gran medida, en los niveles del mes previo. Vemos, por tanto, que el estancamiento en la actividad económica de este segundo trimestre persiste.
USD
Aunque la atención del mercado se ha desviado de los datos macroeconómicos y la política monetaria, la semana pasada estuvo repleta de novedades en ambos frentes. Los datos siguen mostrando un panorama incierto. El mercado inmobiliario está registrando un rendimiento especialmente malo, mientras que el mercado laboral ha seguido mostrando indicios de un enfriamiento moderado, sobre todo en las cifras semanales de solicitudes de subsidio por desempleo. Otros indicadores son algo más alentadores, como la estimación del PIB de la Fed de Atlanta, que apunta actualmente a un fuerte repunte del 3,5% anualizado en el crecimiento estadounidense del segundo trimestre.
La Reserva Federal reconoció esta incertidumbre durante su última reunión de política monetaria celebrada la semana pasada. El tipo de interés se mantuvo sin cambios, tal y como se esperaba, aunque el FOMC se mostró ligeramente más hawkish de lo que se había descontado, y el presidente Powell volvió a calificar la economía y el mercado laboral estadounidenses de «sólidos», al tiempo que restó importancia al débil informe del IPC de mayo. Sin embargo, la reciente debilidad de los datos del mercado laboral está llevando a algunos políticos monetarios estadounidenses a inclinarse por un recorte antes de lo previsto. No creemos que ninguna de estas dicotomías se resuelva hasta que dispongamos de al menos un dato más de empleo e inflación.
GBP
La mala racha de datos económicos en el Reino Unido que comenzó hace dos semanas continuó la semana pasada. La inflación se situó por encima de lo esperado, mientras que las ventas minoristas se desplomaron un 2,7% intermensualmente en mayo, mucho peor de lo previsto. Esta serie de datos negativos se suma al pesimismo estanflacionista y llega justo después del peor mes en términos de pérdida de empleo desde el inicio de la pandemia.
El Banco de Inglaterra mantuvo los tipos sin cambios, como se esperaba, pero algunos votos dovish (tres miembros se mostraron a favor de recortar los tipos de inmediato) sugieren que el Comité de Política Monetaria (MPC) está cada vez más preocupado por las perspectivas de crecimiento y el mercado laboral británico. Sin embargo, los responsables volvieron a afirmar que las futuras bajadas serían «graduales y cautelosas». Aunque esto implica que el recorte de agosto no es del todo seguro, los mercados de swaps siguen descontando en gran medida otra bajada de tipos en la próxima reunión y un total de dos recortes más antes de finales de año.
Enrique Díaz-Álvarez
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