Las acciones de Telefónica (TEF.ES) caen un 7% desde que se expandió el rumor sobre una posible ampliación de capital. Sin embargo, aún no tenemos noticias nuevas y los inversores se preguntan si esta tiene o no tiene sentido.
¿Qué sentido tiene la ampliación de capital para Telefónica?
Consideramos que la ampliación de capital para Telefónica tendría una lógica financiera, ya que encaja con la estrategia de la compañía de reforzarse en mercados clave mediante adquisiciones y nuevas inversiones en infraestructura. Sin embargo, conviene recordar que Telefónica está teniendo problemas para incrementar su flujo de caja libre al ritmo que había previsto. Para mejorar su posición de liquidez, solo le quedan dos opciones: endeudarse más o ampliar capital.
Ahora bien, la combinación de mantener el dividendo y ampliar capital no es necesariamente lo que más valor aporta al accionista. Aunque no siempre sea popular, pensamos que si una empresa necesita reforzar su caja lo más sensato es reducir o suspender el dividendo y centrarse en crear valor a largo plazo.
En este caso, Telefónica parece estar “atrapada” por su compromiso con la remuneración al accionista: quiere afrontar grandes inversiones, pero su flujo de caja libre no alcanza para ello y al mismo tiempo insiste en subir el dividendo. Ya hemos visto ejemplos en España de compañías que realizaban ampliaciones de capital mientras seguían pagando dividendos, algo que en la práctica supone retribuir al accionista con su propio dinero, lo que consideramos negativo porque desincentiva la inversión de perfiles más institucionales.
¿Acudo o no acudo?
Lo esencial es el uso que se le dará a los fondos. Si el objetivo es financiar proyectos de crecimiento con capacidad de generar valor para Telefónica, puede ser interesante participar. Pero si el fin es solo reducir deuda mientras se sigue pagando dividendo, la operación pierde sentido. En la primera mitad del año, la empresa generó 733 millones de euros de caja después de inversiones, pero destinó 931 millones a dividendos. Para cubrir ese desfase, tuvo que endeudarse más.
Aunque la rentabilidad por dividendo es superior al coste de la deuda, creemos que, dado su elevado apalancamiento, la política de retribución debería ser más prudente. La dilución final para los accionistas dependerá del tamaño concreto de la ampliación, que aún no está definido.
Aunque la operación pueda implicar cierta dilución, lo que realmente marca el valor de Telefónica es su capacidad de generar caja, y eso no debería cambiar de forma significativa en el corto plazo. El verdadero efecto dependerá de cómo se utilicen los fondos.
Las acciones de Telefónica suben un 13% en este 2024.
Análisis realizado por los analistas de XTB