Hoy es el primer día hábil de noviembre y gobierno y oposición en Estados Unidos continúan sin alcanzar acuerdo para aprobar los presupuestos, de forma que el shutdown continúa y las actividades consideradas no esenciales siguen sin ser atendidas con cientos de miles de funcionarios federales sin cobrar.
Hoy se cumple el día número 33 desde que comenzó el shutdown.
Desde 1976 se han producido 22 shutdowns, la mayoría han sido resueltos en menos de una semana, el actual es el segundo más largo después de los 35 días que duró el más prolongado que también tuvo lugar bajo el mandato de Trump en 2019.
Esta semana viene cargada de datos macro con especial protagonismo de los de empleo (mañana JOLTS, pasado creación de empleo privado, el jueves peticiones de subsidio y el viernes informe de empleo de octubre) pero en tanto que la administración siga parcialmente cerrada los datos oficiales no serán publicados.
El vehículo de inversión de Warren Buffett, Berkshire Hathaway, comenzó a observar exceso de valoración hace algo más de un año y a elevar posiciones de liquidez, aún sigue reduciendo exposición al riesgo del mercado y aumentando el efectivo en cartera.
Berkshire Hathaway ha elevado el nivel de liquidez hasta máximos históricos, de $381.700 millones.
¿Qué sabe o intuye Buffett y su equipo de gestión para mantener semejante volumen de dinero aparcado en liquidez, cuando su misión es tomar el dinero de los inversores para invertirlo en busca de «alpha»?
(Alpha es la rentabilidad extra que genera una inversión por encima de lo que se esperaría según su nivel de riesgo en comparación con un índice de referencia o «benchmark»).
Warren Buffett utiliza una relación sencilla para obtener una aproximación del nivel de valoración del mercado. Una relación que ha pasado a ser denominada Indicador Buffett y se calcula con el cociente de la capitalización del mercado y el PIB.
El Indicador Buffett está en 215%, un nivel muy superior al 162% de máximo registrado antes del pinchazo de la burbuja tecnológica del año 2000 y mucho más alto del nivel 100% que Buffett considera signo de sobrevaloración.
Bajo este parámetro la situación actual del mercado es más ficción basada en ilusiones, ambición, especulación etcétera, que realidad.
La decisión de vender acciones y reducir riesgo, elevando el efectivo hasta la mareante cifra de $380.000 millones es muy coherente con la excesiva valoración del mercado, los inversores de largo plazo y de perfil inversor más bien pasivo centran su atención a 5 – 10 años vista y dado el entorno general de la economía y la situación del mercado es muy probable que los inversores se enfrenten a la temida década perdida.
Berkshire ha evitado comprar nuevas empresas en los últimos trimestres, ni siquiera aumenta autocartera incluso cuando su cotización ha corregido más de un 10% desde los máximos de finales de abril.
BERKSHIRE HATHAWAY, semana
Las siguientes acciones son las principales apuestas del fondo: Apple, American Express, Bank of America, Coca-Cola, Chevron, Occidental Petroleum, Kraft, Moody´s y Mitsubishi, es decir, apenas ha participado en la fiebre de la IA (excepto por su posición histórica en Apple, empresa que no es precisamente la más involucrada ni beneficiada del auge IA).
“Cash is a call option with no expiration date, an option on every asset class, with no strike price.” Warren Buffett.
Buffett pagó caro el precio de la prudencia para después salir generosamente fortalecido
Después de las críticas a Buffett y daño patrimonial al fondo Berkshire de finales de los ´90, debido a decisiones prudentes mantenidas en el convencimiento de que se estaba formando una burbuja y el desenlace no sería diferente al que siempre se produce después, Berkshire fue uno de los fondos de mejor comportamiento a partir del año 2000 mientras que multitud de vehículos de inversión, inversores particulares, hedge funds y fondos de inversión quebraron.
Los niveles de valoración apuntan a que se está construyendo la mayor burbuja de la historia en las bolsas y un inversor como Buffett no participa en movimientos especulativos que después son corregidos indefectiblemente y con una virulencia y profundidad proporcionales a los excesos precios acumulados.
En los años previos al pinchazo de la burbuja tecnológica Buffett también estuvo fuera de la fiebre de las empresas de moda, su rentabilidad fue muy inferior a la media durante dos o tres años y fue muy criticado además de perder clientes y sufrir reembolsos multimillonarios.
No es sólo el exceso de valoraciones, la concentración del mercado en pocos valores y en un sólo sector (IA), el problema es que la economía avanza pero arrastrada por la impresionante inversión de las grandes tecnológicas (factor extraordinario y que dificilmente se puede mantener en el tiempo al ritmo de los últimos meses) y por el desplome de las importaciones.
El principal motor de la economía es el consumo y su situación es verdaderamente frágil. Vean el sentimiento del consumidor según encuestas del Conference Board y de la Universidad de Michigan.
La atención de los inversores está cada vez más alejada de la evolución de datos macro y micro, siguen comprando acciones y sosteniendo la tendencia alcista de las bolsas en plena forma. La fiebre de la Inteligencia Artificial está atrayendo el interés y el dinero de los inversores, impulsando al alza las cotizaciones de las empresas del sector y moviendo al alza al conjunto del mercado.
Las subidas se centran en pocos valores, responsables de la mayoría de la rentabilidad obtenida por los índices en los últimos años (hasta un 75% de las ganancias del SP500 en los últimos meses han sido proporcionadas exclusivamente por la tecnología orientada a IA), mientras que muchas acciones no acompañan ni confirman la fortaleza que se presupone a un mercado que ha subido más de un 50% en sólo 6 meses el Nasdaq o de un 40% el SP500.
Así, mientras que los índices cotizan en máximos históricos sólo un 50% de los valores del Nasdaq y un 56% del SP500 cotizan sobre sus respectivas medias de 200 sesiones, deteriorando la salud interna del mercado y aportando visos de inestabilidad para el momento en que las grandes tecnológicas corrijan los excesos acumulados.
Las divergencias se observan también en el número de valores cotizando sobre sus medias de 50 sesiones, en los Bullish Percentage Indices, en los nuevos máximos/nuevos mínimos, Summation Indices y otros testigos de la salud interna estructural del mercado y que advierten tormenta en el horizonte.
El indicador Hindenburg Omen se calcula precisamente analizando la evolución de nuevos máximos y nuevos mínimos bajo determinadas condiciones y suele anticipar peligro en las bolsas. La semana pasada se activó y de las 30 ocasiones activadas registradas, cerca del 80% se produjeron antes de caídas de las bolsas 2 meses después.
HINDENBURG OMEN
Para confirmar la validez del indicador y otorgar mayor probabilidad de corrección de los índices, es preferible que se produzcan múltiples señales en un período de 30 días, una sola activación genera una señal débil y conviene obtener 2 ó 3.
Las bolsas subieron el viernes de nuevo lideradas por el sector tecnológico, el Nasdaq se anotó un +0.61%, empujado por el subidón de Amazon (+9.6%) y Tesla (+3.74%), el SP500 un +0.26% y el Dow Jones +0.09%.
La semana pasada hubo distintas huellas técnicas para la prudencia ( por ejemplo el «3 gap play» explicado en post del miércoles) y el cierre semanal de los índices también deja una huella de advertencia en velas japonesas. Es sólo una huella y una pauta que debe ser confirmada, seguiremos su evolución en próximas sesiones,
NASDAQ 100, semana

SP500, semana.

DOW JONES, semana

Las configuraciones técnicas observadas en gráficos semanales de los índices europeos también sugieren cautela,
DAX 40, semana

IBEX35, semana

EUROSTOXX-50, semana

Mañana repasaremos la evolución y perspectivas de los metales, West Texas y bonos, Nvidia, sector semiconductores, además de compartir nuevas e interesantes estrategias.
Antonio Iruzubieta
www.antonioiruzubieta.com – Información en cefauno@gmail.com






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