Telefónica (TEF:MC) y Vodafone han cerrado la venta del 40% de Fiberpass, la sociedad propietaria de parte de su red conjunta de fibra óptica en España, al grupo asegurador francés AXA. La operación está valorada en unos 600 millones de euros, que se repartirán a partes iguales entre ambas operadoras.
El acuerdo permite a Telefónica y Vodafone reforzar su posición financiera y poner en valor una de sus infraestructuras más estratégicas, sin renunciar al control operativo de la red. Fiberpass gestiona un importante tramo del despliegue de fibra hasta los hogares (FTTH), esencial para el suministro de servicios de internet de alta velocidad y televisión.
Para Telefónica, esta desinversión representa un paso adicional en su estrategia de optimización de activos y reducción de deuda, a la vez que mantiene protagonismo en un negocio considerado crítico para el desarrollo digital. El ingreso extraordinario mejora sus márgenes de liquidez y refuerza su balance en un contexto de competencia intensa y necesidad de inversión tecnológica.
Con esta operación, Telefónica sigue la senda de monetización de infraestructuras que aplica desde hace años, buscando maximizar el valor de su red sin sacrificar capacidad de gestión. AXA, por su parte, consolida su presencia como inversor institucional en activos de telecomunicaciones, un segmento cada vez más atractivo por su estabilidad y potencial de rentabilidad a largo plazo.
Pese a la subida de hoy (+1,6%), las acciones de Telefónica retroceden un 7% durante 2025. La principal causa de estas caídas se encuentra en la presentación de hace unas semanas, cuando conocimos la reducción del dividendo de Telefónica dentro de su nuevo plan estratégico, el cual no convenció a los inversores.
Análisis realizado por los analistas de XTB

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