Es notoria la caída del Dólar en esta última etapa de 2025. Varios factores confluyen a este efecto. El primero es el riesgo de que el gobierno del presidente Trump intervenga directamente en la independencia de la Reserva Federal, como ya lo anticipó el propio mandatario en varias oportunidades durante este año.
Como si ello no fuera suficiente, “advirtió” a futuros candidatos a reemplazar al actual presidente Jerome Powell que nadie que esté en desacuerdo con su visión de tener una tasa de interés muy baja podrá presidir el banco central.
Trump dijo además que la inflación se regulará sola, y que solo en casos extremos la Fed deberá aumentar la tasa de interés.
El presidente Powell vio tambalear su estabilidad institucional varias veces durante 2025. Una de ellas fue a fines de mayo, cuando Trump intentó destituirlo, lo cual provocó una corrida en la bolsa de Nueva York, y una caída del Dólar que llevó al Oro al primero de sus varios máximos históricos de los últimos meses. Al advertir el descalabro, Trump se desmintió a sí mismo.
Pocos meses atrás intentó desestabilizar a Powell a través de una acusación de corrupción en una refacción que lleva adelante la Fed en sus antiguos edificios. Esta vez la acusación fue pública y en medio de un acto oficial, haciendo quedar a Powell en ridículo ante la prensa.
La presión sobre la Fed va surtiendo efecto. En las últimas tres reuniones de política monetaria, el FOMC debió recortar la tasa, una medida algo tardía si se tiene en cuenta que la inflación apenas superaba el 3% desde varios meses atrás, y el mercado laboral se encuentra en un serio declive desde inicios de 2025.
A propósito de este punto, Trump destituyó a los técnicos encargados de realizar las estadísticas de las nóminas de empleo no agrícolas, dependientes del Departamento de Trabajo. El resultado es que en los últimos tres meses se publicaron los datos de empleo con más de 30 días de retraso por el cierre del gobierno Federal, lo cual también le hizo un favor a Trump. La publicación de noviembre, conocida recientemente, ofreció cifras mejores que las esperadas, pero muy modestas. Claramente, los números no mejoran despidiendo a los funcionarios encargados de difundirlos.
Por otro lado, los propios recortes de la Fed han ido erosionando al billete, aunque en forma selectiva.
El Euro pasó de 1.0300 a 1.1920, una amplitud de precios moderada, aunque mayor a la de 2024. La Libra llegó a estar cerca de 1.2000 y también por encima de 1.3500, en uno de los años de menor distancia entre máximos y mínimos. El Franco suizo llegó a máximos de 14 años, el Peso mexicano a su mejor nivel de un año y medio, y el dólar australiano a máximos de poco más de un año.
Solo el Yen con su ya intrínseca debilidad, generada por el Banco de Japón y su errática política monetaria que hace caso omiso a una inflación de Tokio en máximos de varias décadas (solo aumentó la tasa al 0.75% en diciembre y el efecto sobre el yen fue exactamente el opuesto al previsto), y el carry trade que ejercen fondos y bancos utilizando al yen como si fuera una moneda tercermundista, establece la única excepción a la caída del dólar. Por el momento, poco se puede esperar de la moneda nipona.
En el otro extremo se ubican en los metales. En un movimiento que tiene pocos antecedentes, el Oro, la Plata y el Platino tocan máximos históricos día tras día, eludiendo cualquier tipo de análisis técnico, y atendiendo una demanda mayor por parte de inversores minoristas. Los bancos centrales cubren posiciones en estos metales, anticipando la intromisión de Trump en la Fed.
Además, los conflictos bélicos que asolaron a varias latitudes a nivel global se mantienen vigentes o latentes. Los esfuerzos por terminar la guerra entre Ucrania y Rusia han sido vanos, y en Medio Oriente la paz luce más que frágil, al tiempo que semanalmente estalla algún foco de conflicto nuevo.
El petróleo, habitualmente sensible a estas cuestiones, esta vez apenas asoma la cabeza, pero después de tocar mínimos de casi 5 años pocos días atrás. Rusia sufre ante la baja demanda de petróleo, cuyas exportaciones han tocado mínimos de varias décadas la semana pasada, y sus ventas a India y China han disminuido.
Precisamente, China, el primer importador global de Petróleo, ha bajado el ritmo de sus compras a todos los países, y esto promete presionar sobre el precio de la materia prima durante la primera parte de 2026.
Este es el complejo panorama que enfrenta el dólar para las primeras semanas de enero, al menos hasta la próxima reunión de la Fed, prevista para el día 28 del mes próximo.
Este lunes, el mercado ofrecerá movimientos similares a los vistos la semana pasada. El Euro preparado para superar 1.1800, la Libra también lista para quebrar y dejar atrás 1.3500, y el Yen sin poder recuperarse.
A su vez, el Oro, la Plata y el Platino mantendrán sendas tendencias alcistas, hasta que los formadores de precios vean que el volumen se reduce, los lleven a máximos insólitos, y generen una corrección bajista de grandes proporciones. Nada desconocido.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro

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