Termina el mes de junio con un Dólar muy débil en todos los frentes. Como si no tuviera motivos para caer, el viernes se le sumó un flojo dato de consumo personal, que quedó en negativo por primera vez desde enero pasado, y por cuarta vez desde 2020. La inflación por consumo creció apenas, pero no alcanzó para cambiar el opaco panorama general del billete.
A la búsqueda de activos de riesgo, impulsada por la finalización de la guerra en Medio Oriente con la consecuente mejora en el clima de negocios, se sumó, en forma decisiva, la versión de que el presidente Trump nominará al próximo presidente de la Fed en los próximos días, cuando al actual titular del organismo, Jerome Powell, le queda casi un año de mandato. Este finaliza en mayo de 2026.
Si bien no se escucharon nombres en los últimos días, todo apunta a que Scott Bessent, actual secretario del Tesoro, será el próximo presidente de la Fed. Este funcionario, que asumió junto a Trump el 20 de enero pasado, está totalmente alineado con el gobierno, y los mercados temen que la Reserva Federal pierda su independencia, para quedar sometida a las necesidades del poder político.
Lo que dejó trascender el gobierno la semana pasada constituyó, en los hechos, una devaluación del Dólar. Un poco más sutil que las intervenciones verbales del Banco de Japón o el Ministerio de Finanzas de ese país cuando busca frenar la caída del Yen, pero con un estilo parecido.
De esta forma, si bien la Fed mantiene la tasa en el 4.5%, y hay motivos para pensar que la dejará sin cambios durante varios meses más, el dólar cae ante la presunción de que, desde el año próximo, y sin perjuicio de que la inflación sea alta o baja, la tasa difícilmente supere el 2%.
La disparidad entre bancos centrales se ha hecho muy amplia en los últimos tiempos. Normalmente, la Fed marcaba el camino del BCE, el BoE, el BoC, y hasta los bancos centrales de Australia y Nueva Zelanda. Todas estas entidades han tomado vuelo propio desde que la inflación generada por ellas mismas en los meses posteriores a la pandemia de 2020 (cuando emitían dinero ante el beneplácito del poder político y con poco efecto inflacionario), comenzó a ceder.
También es notable el escaso efecto que tienen las tasas sobre los precios. El diferencial entre la Fed y el Banco Central Europeo es el más alto en muchos años, y sin embargo el Euro le saca una ventaja muy importante al Dólar. Mientras tanto, a tasas casi iguales entre la Fed y el Banco de Inglaterra, la Libra se escapó a las cercanías de 1.4000, tal como cierra este mes de junio.
Y precisamente, para este lunes, el Euro parece decidido a mantener sus ganancias. Después de cerrar el viernes a 1.1718, el par EUR/USD mantiene una marcada tendencia alcista en el gráfico de 4 horas, con objetivos en 1.1755 y 1.1780; los soportes, en tanto, se ubican en 1.1690 y 1.1660.
La Libra esterlina cotiza a 1.3717, con tendencia alcista en el gráfico de 4 horas, y próximas resistencias en 1.3740 y 1.3770; los soportes, por su parte, se hallan en 1.3680 y 1.3650.
El Yen cerró la semana a 144.65 frente al dólar, con el gráfico de 4 horas en tendencia bajista, ofreciendo soporte las zonas de 144.15 y 143.70, los mínimos del viernes; en cambio, las resistencias se encuentran en 144.95 y 145.45.
La onza de Oro finalizó la semana a 3273 dólares, con una fuerte tendencia bajista en el gráfico de 4 horas, y soportes en 3257 dólares, mínimos del viernes, y 3245 dólares; al alza, 3285 y 3300 dólares serán las resistencias a considerar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrian Aquaro
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.