Los mercados de deuda americana siguen bajo la presión de la incertidumbre y desconfianza de los inversores sobre la inestabilidad fiscal, evolución del déficit y la deuda, independencia de la reserva Federal valor del dólar… entre otras cuestiones.
La deuda americana se aproxima a los $37 billones, cuando hace sólo 10 años, en junio de 2015 era de $18.2 billones y la tendencia de crecimiento exponencial es el escenario de mayor probabilidad para la próxima década.
Los mercados de deuda soberana vienen anticipando la falta de rigor fiscal de las autoridades americanas (sin distinguir entre demócratas y republicanos por haber demostrado igual grado de ineficiencia) desde hace 5 años, cuando finalizó la tendencia que había estado reinando durante más 4 décadas.
China ha sido durante muchos años comprador habitual de deuda americana, históricamente el comprador más activo del mundo llegando a ostentar un volumen de participación próximo a los $1.4 billones.
En los últimos años ha cambiado su postura radicalmente desde comprador a vendedor neto de deuda USA y en la actualidad mantiene $757.000 millones, la cifra más baja en 16 años.
No obstante, China es propietaria de manera indirecta y a través de cuentas radicadas en Bélgica y Luxemburgo de un montante poco preciso estimado en un rango probable entre los $350.000 y $600.000 millones.
Los precios de la deuda han caído notablemente en los últimos años provocando pérdidas salvajes, los bancos arrastran una minusvalías en sus carteras de inversión de deuda superiores a los $500.000 millones (una triquiñuela regulatoria ad hoc les permite mantener en el cajón las minusvalías de activos de deuda a vencimiento sin afectar a sus ratios de capital).
A pesar de lo cual, numerosos bancos tienen el agua a la altura del cuello, recuerden que en 2023 quebraron 5 bancos de relativa importancia (Silicon Valley Bank, First Republic, Signature Bank, SIlvergate Bank y HeartLand Tri-State Bank).
Las quiebras se concentraron entre los meses de marzo, abril y mayo, una crisis bancaria regional que no pasó a ser sistémica gracias a la intervención y rescate de emergencia de la Reserva Federal.
Una crisis provocada precisamente por la caída de precio de los bonos y consecuente subida de la rentabilidad, las cifras de activos de los bancos quebrados no fueron menores, vean:
$11,300 millones (Silvergate) + $209,000 millones (SVB) + $110,400 millones (Signature) + $229,000 millones (First Republic) + $139 millones (Heartland, estimado). TOTAL = $559,839 millones.
Y la sangría en el mercado de deuda continúa, hoy los precios de la deuda se encuentran en niveles inferiores a los que originaron la crisis de 2023 y la inercia bajista continúa en vigor. Esta semana la presión vendedora continúa y los precios siguen cayendo en una pauta técnica debilitada y con las referencias de soporte en niveles muy próximos a los de cotización, tal como se aprecia en el gráfico siguiente.
Así, la rentabilidad volvió a subir ligeramente ayer situando la del Bono a 10 años en el 4.42% y a 30 años (T Bond) en el 4.95%, acercándose peligrosamente a cotas decisivas que si son rebasadas presumiblemente originarán tensión que será propagada a los mercados y activos de riesgo
T-BOND, semana.
Trump continúa cumpliendo con su agenda pero no todo avanza de acuerdo con sus líneas maestras, como el comportamiento de la FED y su oposición a rebajar tipos obedeciendo las directrices tantas veces pronunciadas por POTUS.
Los tipos no deben bajar en un entorno como el actual de paro en zona de mínimos y con expectativas de inflación al alza en buena medida causadas por las decisiones arancelarias de Trump.
Pero Trump no acepta esta imparcialidad, aspira a tener a las autoridades monetarias bajo su control con el problema que supone la pérdida de independencia de la FED para la confianza) y viene acusando e insultando a Powell desde que llegó al poder, ayer mismo volvió a la carga: «FED Chair Powell should resign inmediatly».
El Tesoro americano necesita tipos bajos para poder atender el coste de los más de $36 billones de deuda (intereses que suponen unos pagos anuales próximos a $1.1 billones) pero ni Powell está por la labor de recortar los tipos oficiales (de momento) ni los inversores en los mercados de deuda secundaria están por la labor de comprar y revertir la tendencia bajista de los precios, alcista de la rentabilidad (de momento).
Japón es un caso de exceso de deuda sin igual entre los países desarrollados, el ratio Deuda-PIB ronda el 250% y la interrelación entre Gobierno, Tesoro y Banco Central es llamativa (el BOJ tiene en cartera más de la mitad de la deuda soberana emitida por el Tesoro) y necesaria para mantener bajos los tipos de interés y facilitar al Tesoro el pago del coste de esa deuda.
Pero los mercados son soberanos, en ocasiones rebeldes, e imponen unas dosis de realidad bien incómodas para los gobernantes.
A pesar de la intervención masiva del BOJ la presión vendedora de los inversores deshaciéndose de títulos del Tesoro durante los últimos años ha provocado una subida en vertical de la rentabilidad, poniendo en serios apuros a numerosos bancos nipones, también al propio Tesoro.
RENTABILIDAD DEUDA JAPONESA A 30 AÑOS.
El comportamiento de los inversores, exigiendo mayor rentabilidad a la deuda para compensar el riesgo, puede continuar en modo vendedor desmantelando el status quo de los últimos años y originando tensiones que presumiblemente será irradiadas hacia las bolsas, bien desde EEUU o desde Japón, donde distintos analistas vaticinan una crisis en el horizonte.
Crisis sobrevenida por problemas en el sector bancario, por elevada volatilidad del YEN en su cruce con distintas monedas y particularmente contra el Dólar, por miedo entre inversores locales que motive ventas de activos, etcétera.
Cuando el YEN se mueve abruptamente afecta directamente sobre posiciones de endeudamiento globales multimillonarias abiertas vía «carry trade», forzando ventas de activos y brotes de volatilidad en los mercados.
Las bolsas conviven cómodamente en esta situación de extraña normalidad y están de celebración cotizando en máximos históricos, si los tipos de interés de los mercados secundarios prosiguen al alza las valoraciones serán cada vez más extremas.
En esta coyuntura, Trump continúa enviando cartas a un número indeterminado de países imponiendo aranceles de importancia, llegando incluso a tasas de hasta el 60%, informando también de aranceles a sectores como el farmacéutico de hasta 200% o a materias primas como el Cobre que parece sufrirá el 50%, equiparándose al aluminio y acero.
Ayer, tras conocerse la decisión de Trump de grabar también a las importaciones de cobre con aranceles tan altos, el precio del cobre subió un ~17%, la mayor subida en un día desde 1968 (inflación?), debido a la especulación sobre posibles restricciones en el suministro y al aumento de las compras de instrumentos financieros. Máximos históricos!
COBRE, mensual.
En realidad, algunos de los tipos arancelarios ayer conocidos proceden directamente de declaraciones de Trump, tendrán que ser ratificados por documentos oficiales.
El mercado de acciones está de celebración y los inversores de fiesta (de la espuma que luego desaparece y todos desnudos), hasta que no se apague la música muchos zombis seguirán bailando (los insiders ya están abandonando).
Ayer las bolsas volvieron a mantener el tipo y resistieron cotizando en zona de máximos, en una sesión aburrida y sin grandes altibajos que finalizó con los índices sin apenas cambios; el Nasdaq arañó al alza un +0.03% al alza, mientras que el SP500 se dejó un -0.07% y el Dow Jones -0.37%.
El entorno contractivo de las pautas desplegadas desde los mínimos de abril continúa en vigor, con los precios cada vez más próximos al vértice y también a las directrices alcistas que han venido sosteniendo las pautas. Mucha atención.
NASDAQ-100, diario.
SP500, diario.
DOW JONES, diario.
Los inversores siguen desconcertados, pero (irresponsablemente quizás) invertidos hasta las cejas y a la espera de recibir información fiable en cualquier frente, particularmente de conocer el panorama arancelario definitivo, en un entorno de mercados muy delicado con la deuda en situación de claro riesgo técnico y frente a las semanas más delicadas del año debido a la caída de la actividad y del volumen de contratación.
Los ciclos de escalada/desescalada arancelaria tienen un impacto visible sobre las cotizaciones, vean lo sucedido en las bolsas en respuesta a las decisiones arancelarias entre 2017 y 2020.
Las bolsas cotizan ahora de nuevo en zona de máximos, de igual forma que en cada uno de los momentos arancelarios clave de entonces.
La única referencia relevante para la sesión de hoy es la publicación de las actas de la última reunión de la FED, una referencia importante pero que, a menos que reflejen evidencias más «hawkish» o duras en cuanto a previsiones de tipos de interés de lo que distintos miembros de la FED han venido comunicando o de lo que descuentan los mercados, es improbable que muevan el mercado.
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