La productividad, demografía y endeudamiento son factores clave para la estabilidad y el crecimiento económico de largo plazo. Los países occidentales están inmersos en un ciclo de deterioro de los tres factores, en diferente grado, que, ceteris paribus, generan incertidumbre e inquietud de cara a próximas décadas.
El PIB EEUU está creciendo y aparentando una fortaleza económica que en realidad no es tan robusta, depende de la creación constante y creciente de la deuda pero el nivel de endeudamiento es muy alto y su evolución es un auténtico desmadre descontrolado con déficit presupuestarios crónicos y cada vez más elevados.
El stock de deuda actual ronda los $36.9 billones, supone un +124% del PIB y crece a ritmo vertiginoso y próximo a los $2 billones (déficits) cada año.
La Ley de Retornos Decrecientes lleva años afectando negativamente, a medida que transcurre el tiempo es necesario emitir más unidades de deuda para crear la misma unidad de PIB. El PIB crece más despacio que la deuda y esa es una tendencia insostenible en el largo plazo.
Una comparativa de la evolución del PIB y la deuda sólo de la última década pone de manifiesto el problema de fondo. En 2015 el volumen total de PIB era prácticamente igual al de la deuda del Tesoro, ambos rondaban los $18.2 billones. Hoy, sólo 10 años después, el PIB ha crecido hasta los $29.2 billones, un +59.5%, mientras que la deuda ha subido hasta $36.9 billones, un +102%
Respecto a la productividad, la tecnología está ayudando a su mejora y se manejan grandes esperanzas para su progreso derivadas del uso de la Inteligencia Artificial.
La productividad americana crece, sin embargo, todavía está por demostrar el impacto final y real de la IA. Por el momento, la productividad de los últimos 4 trimestres se sitúa en el 1.3%, un nivel muy comedido en relación con lo esperado y además en declive durante ese periodo (las recesiones suelen limpiar el sistema y desencadenar mejoras de productividad),
PRODUCTIVIDAD LABORAL (media de 4 trimestres), EEUU
La demografía americana no es de las peores entre los países desarrollados aunque tampoco brilla por su salud y además se está deteriorando, la pirámide de población afronta riesgos por arriba (la gente cada vez es más mayor y con mayor expectativa de vida) y por abajo (caída de la tasa de fecundidad).
El índice de fecundidad total (TFT), mide el número promedio de hijos por mujer, alcanzó un mínimo histórico en 2024 con 1,6 hijos y muy por debajo del nivel de reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer necesario para mantener estable la población sin depender de la inmigración. Como referencia de la tendencia de largo plazo, durante la década de 1960 el índice de fecundidad era de aproximadamente 3,5 hijos por mujer.
La tasa de reposición o nivel asegura que cada generación pueda reemplazarse a sí misma sin una disminución en la población nativa, requiere una tasa de fecundidad del ~2.1%.
La inmigración es clave y necesaria para mantener el crecimiento de la población, en caso contrario la población comenzaría a disminuir a partir de 2033 (según estimaciones de distintos expertos y organismos como el CBO), ya que las tasas de natalidad no son suficientes para contrarrestar las tasas de mortalidad.
Por el momento, los datos de evolución no son prometedores, Estados Unidos se enfrenta a una desaceleración demográfica de cierta importancia y consecuencias para la economía en principio desalentadoras.
Volviendo con el asunto de la dependencia de la deuda y generación descontrolada de nuevas deudas para costear el crecimiento económico y «comprar» estabilidad en los mercados financieros, mencionar las fuertes necesidades de captación de dinero que afronta el Tesoro, ahora que acaba de reconocer las del más corto plazo.
El Tesoro EEUU anunció la semana pasada la necesidad de pedir prestado $1.007 billones en deuda durante este tercer trimestre, julio a septiembre, con un saldo de efectivo proyectado al final de septiembre de $850 mil millones, anuncio que tiene implicaciones económicas y financieras significativas.
Esta cifra de endeudamiento, disparada frente a los $453.000 millones de la estimación de abril de 2025, se debe principalmente a un saldo de efectivo inicial más bajo, así como a flujos de efectivo proyectados también inferiores y agravados por la reciente crisis del techo de deuda y también por la nueva norma fiscal de recorte de impuestos «Big, Beautiful Bill» firmada por Trump el pasado 4 de julio.
El saldo de efectivo del Tesoro ha caído hasta $313.000 millones el 3 de julio de 2025, debido al enfrentamiento por el techo de deuda, lo que significa que el Tesoro necesita aumentar el endeudamiento muy significativamente para reconstruir las reservas hasta el saldo objetivo de $850.000 millones.
El aumento del techo de deuda establecido el pasado mes hasta los $41.1 billones permite al Tesoro acometer este plan de endeudamiento, pero conviene resaltar los desafíos fiscales continuos, incluido el descontrol del déficit, o el fuerte calendario de vencimientos de deuda previsto para los próximos meses.
Para financiar $1.007 billones, el Tesoro emitirá un volumen significativo de valores del Tesoro en todos los plazos y modalidades posibles aunque muy orientado a títulos de corto plazo (Treasury Bills & Notes). Este aumento en la oferta de deuda pública es susceptible de ejercer presión alcista sobre la rentabilidad de la deuda, ya que los inversores podrían exigir mayores retornos para absorber semejante volumen adicional de deuda.
La gran necesidad de endeudamiento y financiación generan preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda USA a largo plazo y especialmente en el contexto actual de déficits al alza y sin control.
Esto podría originar mayor volatilidad del mercado y/o una menor confianza en la deuda americana como un activo refugio y seguro, particularmente si los inversores extranjeros (que poseen ~$8.5 billones o cerca del 30% de la deuda pública a diciembre de 2024) reducen la demanda. La confianza está de hecho tocada y también la demanda es gradualmente más débil.
Las políticas arancelarias de Trump están generando unos ingresos importantes para las arcas públicas USA, están a punto de superar a los impuestos corporativos como la tercera mayor fuente de ingresos del presupuesto federal.
No obstante, a pesar del fuerte aumento de ingresos vía aranceles, éstos solo cubrirán cerca de un 20% del déficit presupuestario previsto para este año.
Es indudable que los aranceles aumentan ingresos para el Tesoro americano pero también que son, en realidad, nuevos impuestos que pagarán empresas e importadores americanos y costes que trasladarán a precios y que en buena medida los terminarán pagando los consumidores y las propias empresas (contra márgenes y resultados) no tanto China, Canadá o Europa como le gusta jactarse a Trump.
La maniobra de Trump apunta a un robo silente a tus propios ciudadanos para engrosar las cuentas públicas, dirigida a anotarse el logro y llamarlo ingresos de los extranjeros, conseguidos gracias a su gran habilidad negociadora. Para alguien que presume de ser un genio de los negocios, no entender este principio económico básico apunta peligrosamente a un engaño deliberado.
Al margen de los aconteceres políticos y económicos, las bolsas siguen resistiendo y cotizando en máximos históricos, ignorando cualquiera de los abundantes motivos para la prudencia, con los inversores entusiasmados (FOMO), comprando acciones y aumentando exposición al riesgo de manera cada vez más peligrosa, por el apalancamiento que emplean, por las operaciones de perfil especulativo, etc… y muy especialmente por estar comprando bolsa en uno de los momentos de mayor sobrevaloración de la historia.
Las grandes tecnológicas son los principales motores delas alzas de las bolsas, han subido tanto y tan rápido desde los mínimos del 7 de abril (MSFT +65%, NVIDIA +110%, META +64%…) que
MICROSOFT, semana,
NVIDIA, diario.
META, semana.
El viernes las bolsas repuntaron de nuevo al alza, lideradas por el Nasdaq +0.98%, después el SP500 +0.78% y el Dow Jones +0.47%
NASDAQ-100, 60 minutos

SP500, diario

DOW JONES, semana.

Las bolsas europeas también se mantienen fuertes y cotizando en zona de máximos, el DAX de sus máximos históricos o el IBEX-35, de máximos no alcanzados desde 2008.
DAX-40, diario.

IBEX35, semana.

Invertir en acciones en estos niveles de cotización y valoraciones, con el trasfondo técnico, de sentimiento y posicionamiento existentes, los particulares comprando las acciones caras que les venden los insiders, etcétera es arriesgado, se está demostrando rentable pero el peligro de que se evaporen esas ganancias y después más, es cada vez mayor.
Agosto es un mes de baja actividad en las bolsas, volumen escaso y en el que habitualmente se producen alzas (estacionales) de volatilidad.
Siempre hay empresas con posibilidades de hacerlo bien, al margen del comportamiento general del mercado y otros activos descorrelacionados que aportan interesante rentabilidad a la cartera.
ETF CAFÉ X3 -3CFL-, diario
Stay tunned!.
Antonio Iruzubieta
www.antonioiruzubieta.com – Información en cefauno@gmail.com
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