El Simposio de Jackson Hole llega a su fin este viernes y, como es tradición, el cierre estará a cargo del presidente de la Fed. El Sr. Powell, titular del banco central, se despide como tal en esta oportunidad, dado que su mandato finalizará en mayo de 2026.
En los últimos meses Powell no ha tenido un camino apacible. Apenas asumió, el presidente Trump comenzó a atacarlo en forma muy agresiva, mucho más que en su primer mandato. El motivo es siempre el mismo: la tasa de interés.
Desde el mes pasado ha ido creciendo la probabilidad de que la Fed recorte la tasa en septiembre. La percepción creció especialmente después de conocido el dato de empleos de julio, con cifras muy flojas y el ISM de servicios, que quedó al borde de los 50 puntos.
Pero este sentimiento comenzó a desvanecerse cuando los datos de inflación minorista primero, y los de inflación mayorista después, quedaron por encima de lo esperado en julio. Estos últimos arrojaron las cifras más altas en tres años para el mes de julio.
Con estos datos, cabe preguntarse si alguien pensaría en un recorte de tasa de interés si el presidente fuera, por ejemplo, Joe Biden. Creo que no caben dudas al respecto.
Pero el presidente es Trump, que no entiende, o no parece entender, que cuando la inflación que su propio gobierno provoca a través de los aranceles no cede, bajar la tasa de interés solo agravará el problema.
La presión que ejerce Trump y su gabinete sobre la independencia de la Fed raya lo absurdo. Desde acusaciones contra Powell por un supuesto fraude en una refacción de los edificios del banco central, hasta una acción judicial contra la gobernadora Cook, a quien se acusa de un fraude hipotecario.
Así llega Powell a Jackson Hole. Con la presión de Trump en su espalda, y con la inflación (la cual alimentó durante años con una emisión de medio PBI) que no cede, como una cruz.
¿Cederá Powell a los ataques de Trump y admitirá la necesidad de recortar la tasa en septiembre? ¿O se refugiará en el Comité de Política Monetaria, cuyos miembros votaron, por amplia mayoría, dejar sin cambios los tipos hasta mejor oportunidad?
Existe una tercera, y normalmente decepcionante opción, que es la que utilizan los banqueros centrales para hablar sin decir: que estará atento a los datos y luego tomará decisiones. Esta última sería una forma de quedar mal con todos los sectores, pero su cargo a salvo, al menos por un mes más.
El Dólar llega a este viernes con señales de recuperación. Los PMI de S&P Global fueron realmente positivos, generando una baja en Wall Street (buen mensaje para los teóricos que creen que la bolsa sube cuando a la economía le va mejor y viceversa), porque en definitiva las buenas noticias harán que la tasa no se mueva, y haya menos liquidez para la bolsa.
El Euro coquetea con 1.1600, la Libra esterlina con 1.3400, y el Yen, que cae por le motivo que sea, con 149.00. El Franco suizo a punto de quebrar 0.8100, y el Oro que mira para abajo y se mueve en la zona de 3335 dólares.
Si Powell endurece su discurso, el Dólar acelerará sus ganancias, y de manera violenta. Si hay algún recorte de tipos de interés en el aire, todo cambiará de repente. Powell tiene la palabra.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. hasta entonces.
Adrián Aquaro
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