Después de varias semanas de bajas constantes, el Dólar dio muestras de fortaleza en los últimos días. El PIB final del segundo trimestre arrojó cifras muy por encima de lo esperado, y las órdenes de bienes durables se recuperaron el mes pasado, frente a una baja pronosticada.
El último informe de la semana pasada, conocido el viernes, mostró que la inflación por consumo se mantuvo en el 2.9% interanual, generando un impacto medio en el Dólar, que ya había volcado la balanza semanal a su favor.
Al margen de los informes macroeconómicos, hay alarmas globales por distintos conflictos. El que enfrenta a Ucrania y Rusia no parece tener un final a la vista, al tiempo que Moscú despliega una gran cantidad de drones sobre el espacio aéreo de varios países cercanos a Rusia. La OTAN ya anunció que tomará medidas si esto no cesa, y Europa se encuentra en alarma ante la intromisión rusa y los cambios de humor y de opinión constantes del presidente Trump, de quien depende militarmente el viejo continente.
Estas idas y vueltas llevó al Oro a un nuevo máximo histórico rozando los 3800 dólares, un nivel esperable desde varias semanas atrás. A punto estuvo de batir tal nivel el metal precioso el viernes, y su cierre, en la zona de 3760 dólares, lo deja en buena posición para hacerlo en las próximas horas.
La Plata ha sido la estrella de la semana, superando los 46 dólares y, confirmando, junto a un Platino igualmente imparable y en máximos de más de 11 años, su condición de activo de refugio.
Entre las monedas principales, el Franco suizo asoma como el activo más seguro. Los inversores se han volcado, como en 2011, a la moneda helvética, que llegó a máximos que no tocaba desde ese año dos semanas atrás, en 0.7828. El cierre semanal, cercano a 0.8000, solo oficia de corrección, aunque la formación de un hombro cabeza hombro medido en el gráfico diario y de 4 horas podría anunciar una embestida del dólar. Para confirmarlo, el par USD/CHF deberá superar 0.8030.
El Euro se aleja de sus máximos de 4 años que tocó este mismo mes en 1.1918, y cayó a 1.1655 el viernes, profundizando una caída previsible, pero con un alcance que superó nuestros pronósticos. Finalmente. la moneda única logró cerrar en 1.1700 el viernes, recuperando parcialmente posiciones, pero sin abandonar un sesgo bajista que se hizo visible desde el miércoles por la tarde.
La Libra esterlina llegó el jueves a su mínimo desde el 6 de agosto, en 1.3310, ante los débiles datos de manufacturas y servicios de Reino Unido, que quedaron lejos de la zona de expansión, y ponen en duda la política monetaria del Banco de Inglaterra. La próxima decisión del BoE está lejos (5 de noviembre), y la libra deberá luchar con una tasa muy alta hasta ese entonces, cuando se descuenta que habrá un recorte importante, y una inflación que, al igual que en Estados Unidos, se niega a bajar en forma consistente.
El Yen rozó 150.00 por primera vez en varios meses ante la inmovilidad y la falta de pistas de aumento de tipos de interés por parte del Banco de Japón. Su caída, exagerada, como viene pasando en los últimos tiempos ante cualquier noticia que beneficie al dólar. Sin embargo, una ligera recuperación de última hora del viernes podría anunciar un apoyo en 148.80, línea de tendencia alcista del par USD/JPY medida en el gráfico de 4 horas.
La semana que se inicia traerá consigo los datos de empleo, tanto las vacantes, como del sector privado y las nóminas no agrícolas junto con la tasa de desempleo, y las cifras de manufacturas y servicios de ISM. Estos informes serán clave para un Dólar que intenta ganar posiciones, aun cuando su tendencia ante las monedas principales -exceptuando al Yen- se mantiene bajista en el corto plazo.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
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