El ISM de servicios conocido el viernes quedó al ras de la zona de contracción del principal sector de la economía estadounidense, al arrojar 50 puntos, el nivel más bajo desde junio de 2024.
La medición, ampliamente esperada por los mercados, generó una caída del dólar que no se profundizó por el bajo volumen de negocios, pero que puede profundizarse durante la semana que comienza.
El informe, que fue el único importante del día ante la no publicación de los datos de empleo (se pasaron para el viernes 10, algo que está en duda y que depende de que el gobierno federal vuelva a trabajar), confirma que la economía no atraviesa su mejor momento, y que la Fed no tendrá más alternativas que recortar la tasa de interés tanto a fines de octubre como a mediados de diciembre.
La bolsa de Nueva York se hace eco de todo ello, con máximos históricos que día a día alcanzan sus principales índices. El divorcio de la bolsa y la economía sigue firme, y los inversores bursátiles bien podrían decir “cuanto peor, mejor”. Si a la economía le va mal, si no crea empleo, la Fed bajará la tasa, pese a que la inflación sigue demasiado alta. Y tasa más baja es más liquidez.
La aceptación por parte de Hamas de la propuesta de paz en Medio Oriente anunciada por el presidente Trump días atrás, y que quedó confirmada el viernes (después del cierre de los mercados, como suele ocurrir) promete movimientos fuertes en algunos activos, particularmente los metales.
El Ero llegó la semana pasada a varios máximos históricos, el último de ellos en 3895 dólares, cerca del cual cerró la semana, después de varias correcciones erráticas. La sobrecompra que presenta la onza podría derivar en una baja que no pondrá en peligro su tendencia alcista de largo plazo, pero que sí podría desinflar la burbuja creada en torno a la misma.
Las primeras horas del lunes serán fundamentales en este sentido, y el quiebre de 3830 dólares derivará en una baja adicional a 3770 dólares.
La Plata, en máximos de más de 14 años, y el Platino, en niveles máximos de más de 12, también podrían retroceder ante las novedades. Claro que todo esto está sujeto a que se detenga de inmediato el conflicto, algo que, por lo visto, no es sencillo.
En cuanto a las monedas principales, se mueven en sendas tendencias bajistas moderadas, que parecen listas para ser vulneradas. El Euro deberá quebrar 1.1770 para apuntar a 1.1830, próximas paradas alcistas. El viernes parecía que ello podría ocurrir después de la publicación del ISM de servicios, pero apenas pasado el mediodía de Nueva York el mercado se durmió. Este lunes, la moneda única tiene una buena oportunidad.
Algo similar cuenta para la Libra esterlina, que cerró la semana a 1.3480, también con tendencia bajista en el gráfico de 4 horas, pese a lo cual el panorama es positivo para la moneda británica. El quiebre de 1.3500, que asoma inminente, podría darle impulso para buscar 1.3530 y, más arriba, 1.3570.
El Yen, por su parte, cerró la semana a 147.47 y, como de costumbre, no acompaña al resto de las monedas. Su tendencia es bajista, y la zona de 148.20 aparece como el objetivo a seguir para el lunes.
La agenda de noticias es modesta y sin datos que puedan tener impacto en el dólar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
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