La reducción de aranceles entre la UE y EE. UU. favorece a Acerinox (ACX:MC) porque refuerza sus ventas transatlánticas, mejora la utilización de capacidad en Europa y estabiliza un marco de competencia más predecible frente al exceso de oferta asiático. Aunque a corto plazo pueda perjudicar a su filial americana NAS dada la protección de precios en EE. UU., para Acerinox el saldo resultante sería positivo al reducir tensiones comerciales, minimizar el riesgo de represalias y facilitar una estrategia de grupo verdaderamente global.
Acerinox, cuyas acciones suben un 1,6% en estos momentos, tiene una fuerte presencia en Estados Unidos en el negocio de aleaciones de alto rendimiento por medio de North American Stainless. Como empresa europea, depende de que el flujo transatlántico de acero y productos derivados no se vea penalizado por aranceles cruzados y contramedidas.
Consecuencias del posible acuerdo entre Europa y EE. UU.
La negociación para un marco estable de comercio en acero y aluminio reduce el riesgo de que la UE reintroduzca medidas de represalia contra EE. UU. o de que Washington vuelva a utilizar el acero europeo como “moneda de cambio” en otras disputas, algo que históricamente ha generado volatilidad en márgenes y en precios de referencia.
Un acuerdo de reducción de aranceles o de cuotas preferenciales entre la UE y EE. UU. suele ir acompañado de reglas de origen estrictas, diseñadas para que los beneficios se queden en productores de ambos bloques y no en intermediarios que canalizan material asiático. Esto encaja con el discurso de Acerinox, que lleva años denunciando la sobrecapacidad global y las importaciones baratas procedentes de Asia que presionan los precios en Europa.
Además, un clima de menor conflicto comercial reduce la prima de riesgo regulatoria percibida sobre el sector y contribuye a que el mercado ponga en valor su plan estratégico y la generación de caja, algo clave después de que la compañía haya atravesado trimestres de presión en márgenes y reconfiguración de portfolio. La combinación de tarifas a importaciones de terceros países en una mayor coordinación UE–EE. UU. favorecen la utilización de capacidad de las instalaciones de grupos europeos consolidados como Acerinox. La principal preocupación es China, con un incremento notable de las exportaciones de acero en los últimos años.
Con un marco más predecible, Acerinox puede planificar inversiones en modernización, descarbonización y productos de mayor valor añadido, apoyándose en la visibilidad de precios de largo plazo en EE. UU. y en una posible mejora del entorno en Europa si la UE acompasa sus medidas a las estadounidenses. De cara al accionista de Acerinox, un entorno de menor guerra comercial se traducirá en mayor estabilidad en sus resultados, mejor conversión de EBITDA en caja y mayor capacidad para sostener dividendos y recompras, variables que el mercado ha seguido de cerca en los últimos trimestres.
¿En qué punto están las negociaciones?
La negociación entre la UE y EE. UU. se articula alrededor de un marco sobre comercio de acero y aluminio que busca, por un lado, dejar atrás el conflicto desatado por las medidas estadounidenses sobre seguridad nacional y, por otro, coordinar la respuesta frente a la sobrecapacidad y al acero intensivo en carbono procedente de terceros países.
Tras varios plazos incumplidos, ambas partes han optado por extender el diálogo y mantener suspendidas o moduladas algunas medidas de represalia, mientras trabajan en fórmulas de cupos arancelarios y reglas de origen estrictas que prioricen el comercio transatlántico y neutralicen desvíos de comercio a través de intermediarios.
Comunicados recientes de la Comisión Europea apuntan a la intención de “blindar” los mercados domésticos frente a la sobrecapacidad y coordinar criterios de sostenibilidad, pero aún sin cerrar un texto definitivo, lo que mantiene un grado de incertidumbre sobre el calendario de implementación.
Opinión del departamento de análisis de XTB España sobre Acerinox
Un acuerdo estructural que rebaje aranceles recíprocos, pero endurezca el filtro frente a terceros países, es el escenario óptimo para Acerinox. Es cierto que la protección arancelaria en EE. UU. ha sido un viento de cola para Acerinox, pero la combinación de defensa frente a terceros y apertura preferencial entre la UE y EE. UU. generará más valor a largo plazo que la fragmentación en bloques ya que mejora la visibilidad de precios e incentiva una mayor inversión en capacidad eficiente.
El hecho de que Bruselas y Washington se muevan hacia un marco cooperativo, y no puramente confrontacional, encaja con el perfil de Acerinox como grupo transatlántico y sugiere que, en el balance, la empresa tiene más que ganar que perder de una reducción ordenada de aranceles entre ambos bloques.
Análisis realizado por los analistas de XTB

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