Ya sabemos que no se debe confundir valor y precio. Por eso, a la hora de valorar un piso es bueno tener en cuenta una serie de aspectos que incrementan su valor.
¿Qué cuenta más en el precio de un piso? Aunque siempre habrá matices que dependan de cada caso, lo cierto es que existen unas variables objetivas que ayudan a dar repuesta a esta pregunta.
1. Localización. Es el factor que más influye en la valoración de un piso y es esencial para vender o comprar una vivienda. Una ubicación, que debe ir unida a buenas comunicaciones (transporte) y servicios. La proximidad a colegios o un centro comercial revalorizan la zona.
Pero el valor de los barrios cambia y a veces impera la moda. Hay zonas que se modernizan y suben el precio. Y a este fenómeno se denomina gentrificación. Estas áreas ganan atractivo, frente a otras que se van deteriorando.
2. Vivienda nueva. Una vivienda nueva con garaje, zonas comunes como piscina, sala gourmet, jardines… también incrementa su valor, aunque en este caso, estas dotaciones pueden ser más determinantes para el comprador con niños. Si bien es cierto, que hay barrios con oferta donde apenas existe vivienda nueva, ante lo cual, la usada gana protagonismo.
Si se trata de usada, los años de construcción son determinantes. Es muy importante valorar el estado del inmueble y las necesidades de inversión que conlleve y que influyan a la baja en el precio. Que un edificio esté rehabilitado amplía su valor, al igual que tenga ascensor o disponga de garaje.
3. Orientación, altura y vistas. Sol y luz son fundamentales. Una buena orientación con mucha luz hace que suba el valor de un inmueble, entre otras cosas porque ahorrará energía. Por otro lado, un piso cuanto más alto, más vale porque tiene más luz y posibilidad de mejores vistas, obviamente siempre que tenga ascensor. Si hablamos de ático, el valor es mayor por la terraza. Si bien es cierto que, en las nuevas promociones, los bajos con jardín casi compiten con los áticos.
4. Metros cuadrados y su distribución. Obviamente, vale más una casa reformada, bien conservada y con buena distribución. Hay casas con pasillos interminables que no se pueden añadir a las estancias o que no permiten hacer una buena distribución. Son metros que se pagan, pero tienen poca utilidad.
5. Gasto energético. La sostenibilidad gana puntos especialmente en vivienda nueva. Puntúa más una vivienda bien construida, con buenos materiales que reduzcan el gasto de energía, aislamiento térmico y acústico y una buena calificación energética.
Esto sería la valoración objetiva, pero luego llega la subjetiva: cercanía al trabajo, a la casa de los padres o el conocimiento de un barrio en el que han crecido. Aspectos intangibles que para el comprador pueden aumentar el valor, aunque el inmueble en sí no lo valga.
