Si usted ha invertido su dinero en cualquier activo, incluso si lo tiene en una cuenta de ahorro, se está exponiendo a por lo menos un cierto riesgo financiero. Y como inversor, no tiene ninguna tarea más importante que conocer y gestionar ese riesgo. Este artículo aborda las cuatro opciones más importantes a las que se enfrenta cada inversor.
Casi todos los problemas que tienen inversores implican al riesgo. A veces se toma demasiado. A veces se toma demasiado poco. A menudo no se reconoce ni siquiera que exista un riesgo particular.
La mayoría de las personas no están dispuestas a pensar en los riesgos. Las entidades no quieren que nos centremos en lo que puede salir cuando nos aconsejan una inversión. Sin embargo, en el inevitable día en el que una (o todas) de sus inversiones no alcanza sus perspectivas, se acordará de no haber prestado más atención.
«El riesgo viene en varias formas», señala Paul Merriman (MarketWatch), «pero todas ellas comienzan con un hecho ineludible: El futuro es desconocido. Algunos riesgos son objetivos, y algunos emocionales. Los riesgos objetivos se pueden cuantificar en dinero. Los riesgos emocionales se manifiestan en formas como el estrés, la preocupación y la incertidumbre.
Las inversiones de riesgo más bajo, tales como las letras del Tesoro, bonos de corto plazo gubernamentales y fondos del mercado monetario ofrecen rendimientos modestos. Muchos inversores toman riesgos adicionales al comprar acciones y bonos de más largo plazo porque los rendimientos modestos no son suficientes para ellos.
Hay una ecuación básica ineludible: Mayor riesgo va de la mano de unos rendimientos esperados más altos.
En el resto de este artículo quiero centrarme en los riesgos emocionales y psicológicos. A pesar de que no se pueden medir objetivamente, son muy reales.
Vamos a empezar con algo que he podido constatar en muchos inversores: Si usted invierte todo su capital en el mercado de valores, perderá dinero. Es inevitable que en el algún momento pierda dinero. Cuando el mercado cae, la gente real pierde dinero real en tiempo real. No hay manera de evitarlo.
Los inversores exitosos aprenden a reaccionar adecuadamente. Sin embargo, mucha gente no lo consigue.
Cuando las cosas van bien y todo el mundo parece estar ganando dinero, es fácil invertir. El riesgo emocional es bajo. A medida que los precios siguen subiendo, el riesgo financiero hace lo mismo. Pero cuanto más alto se asciende, más cerca está el punto de giro.
A la inversa, cuando el mercado lo ha hecho mal, el miedo es mucho más fuerte que la codicia. Sin embargo, este es el momento en el ciclo de mercado en el que el riesgo financiero es relativamente bajo.
En términos prácticos, esto significa que si usted sigue sus emociones para entrar y salir del mercado, se va a equivocar completamente. El miedo y la codicia le llevarán por mal camino. Los mejores inversores son los que tienen la paciencia y la perspectiva de hacer lo contrario de lo que hacen las masas.
Entonces, ¿cuál es la respuesta? Creo que la respuesta es la moderación. Tratar de enriquecerse rápidamente puede ser muy peligroso. Renunciar con demasiada facilidad también es peligroso.
Creo que la mejor defensa puede ser tener a alguien de su confianza, así se trate de su cónyuge o un asesor profesional, que le frene cuando quiera hacer algo impulsado por sus emociones.
Aquí hay cuatro «verdades eternas» que he aprendido a lo largo de los años:
1. El riesgo es normal; No debería sorprendernos. Cualquier mercado de valores que vaya en una sola dirección por un período prolongado es anormal y debe ser sospechoso.
2. Los mercados de acciones y bonos son impredecibles en el corto plazo. No importa cuando esté leyendo esto, estoy bastante seguro de que la mayoría de las predicciones del mercado que se hicieron hace un año estaban tan lejos de la realidad que resultaron ser de poca ayuda.
3. En los últimos 200 años, los mercados de valores del mundo han mostrado una tendencia alcista a largo plazo, y creo que es probable que la tendencia continúe. El capitalismo parece estar ganando fuerza en el mundo, no perdiéndola.
4. La respuesta inmediata del mercado a las buenas noticias y a las malas noticias casi siempre se exagera. A veces, muchos inversores parecen creer que todo el futuro se encuentra en los titulares del día. Pero, de hecho, la mejor respuesta a los problemas e incertidumbres de corto plazo es ignorarlos.
Así que, ¿cómo saber si está o no tomando demasiado riesgo emocional? Para tener una idea de esto, hágase estas tres preguntas:
¿He perdido el sueño por mis inversiones?
¿Siento una compulsión (no sólo la curiosidad) de seguir las noticias financieras y consultar los precios diariamente?
¿Las noticias financieras hacen que me preocupe por mi futuro?
Si su respuesta es sí a una sola de estas preguntas, es probable que esté tomando demasiados riesgos.
Si usted no sabe cómo asignar sus ahorros, comience con la mitad de su cartera en renta variable y la otra mitad en fondos de renta fija. Esto podría ser demasiado conservador, sobre todo si eres joven. Podría ser demasiado agresivo, especialmente si usted no tiene mucho dinero para satisfacer sus necesidades.
Pero si el porcentaje de acciones en su cartera se encuentra a 10 puntos porcentuales del 50% en cualquier dirección, no estará lejos de su asignación ideal.»
Fuentes: Paul Merriman
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa
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