Esta es una de las principales preguntas que se hacen todos, tanto en Cataluña como en el resto de España. Así pues, voy a tratar de explicarles el tema en detalle.
¿Qué es un corralito financiero?
Un corralito financiero consiste en una serie de medidas restrictivas cuyo fin principal es evitar y contener una posible salida masiva de dinero de un banco en concreto o de varios bancos ante el temor de los clientes por un hecho concreto. De esta manera, se intenta que la entidad bancaria se quede sin liquidez.
Con el corralito se pretende evitar no sólo la quiebra del banco en cuestión sino del sistema bancario en general. Tenga en cuenta que el dinero siempre se ha dicho que es cobarde, y es cierto, de manera que el efecto llamada es muy peligroso. Todo comienza con un volumen (periódico, sostenible y continuo) de retirada de fondos y depósitos por parte de clientes e inversores, de este hecho se hacen eco los medios de comunicación, propagándose la incertidumbre y los temores, originándose finalmente un volumen mayor de retirada de efectivo, con lo que se decreta el corralito y los clientes únicamente pueden retirar una cantidad máxima de dinero cada día durante un tiempo determinado (tampoco se permiten movimientos como las transferencias al extranjero).
Por tanto, el objetivo básicamente es evitar la salida masiva de dinero del sistema bancario, intentando evitar de esta forma una espiral de pánico bancario mayor y el colapso del sistema.
Las consecuencias son notorias, ya que además del daño y molestias que se causa a los clientes del banco, al restringirse la liquidez monetaria, el comercio y el crédito se ven dañados, lastrándose las cadenas de pago y asfixiando las transacciones económicas a crédito y la liquidez o dinero en el bolsillo de los ahorradores.
La duración de un corralito financiero depende del tiempo que tarde el banco en volver a recobrar la confianza perdida por sus clientes, así como lo que tarde en disiparse la causa que propició el comienzo de esta vorágine.
El caso de Argentina
El origen del término corralito hay que buscarlo en lo que sucedió en Argentina. Realmente, el término fue acuñado por el periodista económico argentino Antonio Laje en el año 2001. Allí se limitó la libre disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros, impuesto por el Gobierno de Fernando de la Rúa el 3 de diciembre del 2001, y se prolongó por casi un año cuando se anunció oficialmente el 2 de diciembre del 2002 la liberación de los depósitos retenidos. Posteriormente este término trascendió a todos los países de habla castellana.
Y es que todo tiene un origen, en este caso en concreto fue la enorme crisis de deuda (unos 100.000 millones de dólares), provocada por una política de sobre endeudamiento, que se tradujo en una falta de liquidez y una masiva fuga de capitales (de enero a noviembre de 2001 se retiraron 18.000 millones de dólares).
Fíjense cómo sería el tema, que hubo revueltas sociales en las calles por todo el país, que hubo muertes y el 20 de diciembre De la Rúa huyó en helicóptero.
Pues bien, el corralito de Argentina comenzó con una limitación de retirada de efectivo semanal de 250 dólares, pero posteriormente la limitación fue total y absoluta.
El corralito duró casi un año, el 2 de diciembre de 2002 se anunció la liberación de los depósitos, se terminó con la equiparación peso/dólar y se inició la devaluación. Las personas que no presentaron amparos ni aceptaron canjear sus ahorros por bonos fueron los más perjudicados por el corralito.
Tras el final de De la Rúa, Adolfo Rodríguez Saá asume la Presidencia y declara el default de la deuda pública del país. Pero como Rodríguez Saá tampoco quiso abandonar la convertibilidad y hacer recaer el coste sobre las personas de clase media y baja, fue obligado a dimitir y el 3 de enero de 2002 asumió la Presidencia Eduardo Duhalde.
El caso de Chipre
Duró desde el 16 de marzo de 2013 hasta el día 28 de marzo y se bloquearon los depósitos bancarios y se cerraron las oficinas bancarias. Se impuso por parte de los ministros de economía de la UE un gravamen a los depósitos bancarios y a cambio la eurozona pactó una ayuda de 10.000 millones de euros para evitar la bancarrota del país.
El mensaje fue que quienes tuviesen depósitos por debajo de los 100.000 euros tendrán que contribuir al rescate financiero con una tasa del 6,75 % de sus ahorros. Los que tengan más de 100.000 euros contribuirán con el 9,9%.
El caso de Grecia
Duró del 29 de junio de 2015 al 20 de julio. Se bloqueó la totalidad de los depósitos bancarios y se cerraron temporalmente las oficinas bancarias. El objetivo era controlar el pánico por la celebración del referéndum acerca de la propuesta de los acreedores internacionales, convocado por el entonces primer ministro heleno, Alexis Tsipras. El cierre de los bancos se vio acompañado por el cierre también durante el mismo periodo de tiempo de la Bolsa de Atenas y limitaciones a la retirada en efectivo de cajeros.
Únicamente se podían retirar 50 euros por persona y día. El 2 de julio se abrieron 170 sucursales bancarias sólo para realizar ingresos bancarios y para retirar (en el caso de personas sin tarjetas de crédito) un importe máximo de 120 euros. Esta apertura limitada se produciría todos los jueves hasta que acabase el corralito.
Mi opinión sobre Cataluña
Hay que partir de una premisa clave: la declaración unilateral de independencia, de por sí, no debería de producir ningún corralito financiero en Cataluña, ya que es algo simbólico. El riesgo estaría en que posteriormente (semanas o meses) ejecutasen tal decisión.
¿Y por qué ésta diferencia entre anuncio y ejecución? Pues porque el anuncio es sólo eso, un anuncio, pero mientras no se lleve a cabo todo queda en un órdago, en un farol. Y es que como ya he explicado en artículos anteriores, la declaración unilateral de independencia implicaría que nadie reconocería a Cataluña como Estado (ni USA, ni Europa, ni la Unión Europea, etc), porque ninguna Constitución del mundo reconoce ese tipo de independencia como legal (salvo Etiopía). Por tanto, yo soy de la opinión de que la Generalidad sí anunciará la independencia unilateral pero no la llevará a cabo, porque supondría literalmente el suicidio para toda Cataluña.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
wisetrend.es
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